Si ya es difícil a veces entender lo que queremos e identificar nuestras propias emociones, imagínate lo complicado que resulta entender las de nuestra pareja. Escuchar lo que tiene que decir sin anteponer nuestras necesidades, o encontrar un consenso mitificando diferencias, es un esfuerzo añadido que bien puede destruir una relación, o superar las diferencias fortaleciéndola aún más.
En este artículo aprenderás algunos consejos, tanto de asertividad en la pareja como de empatía y resolución de conflictos, con el fin de acercar y potenciar vuestro amor, en lugar de acabar con él.
Son consejos dirigidos a superar crisis y a tener una buena relación que ayude a afrontar problemas cotidianos y ayude a manejar situaciones conflictivas en la pareja.
¿Comenzamos?
Consejos para la resolución de conflictos y diferencias en la pareja
¿Te va a garantizar aprender estas técnicas de asertividad empática que no discutas más con tu pareja? Pues no. No te voy a mentir. Pero lo que si te diré es que disminuirás la probabilidad de acabar con discusiones tóxicas, fomentarás un acercamiento a tu pareja, y encontraréis soluciones más rápida y eficazmente cuando tengáis diferencias que subsanar.
Por supuesto, cada pareja es un mundo y hay que estudiar cada caso particular como ocurre en las terapias de pareja, pero aquí dispones de un artículo que podéis leer juntos y recalcar los puntos a mejorar.
Tomároslo como un ejercicio de autoconocimiento y análisis para futuras diferencias.
√ Habla en primera persona y evita usar siempre el «tú»
En frecuente dejarnos llevar por la ira y el enfado, la frustración y el impulso que provoca estar enojados, y dirigirnos a la otra persona en modo acusativo utilizando el «tú»: «Tú has hecho esto y lo otro», «Tú me dijiste una cosa y ahora me dices otra», o el tan frecuente uso del «Tú siempre quieres llevar la razón».
Cuando estamos enfadados, y creo que sabes de qué hablo, estamos más sensibles y vulnerables emocionalmente, de manera que detectamos comentarios o palabras «que hacen daño» aunque la otra persona no lo haya dicho con esa intención.
Si nos ponemos a analizar palabra por palabra, al final nos perdemos y no llegamos a un acuerdo.
Aunque cierto es que algunas personas las usan para hacer daño a la otra persona, no es lo más recomendable aunque estemos enojados, ya que ambas partes deben estar de acuerdo en buscar soluciones y no en encender más la llama de las diferencias.
Por tanto, para disminuir el daño que podamos hacerle a nuestra pareja en un momento así, debemos usar frases que se centren más en el «yo» que en el «tú» precisamente para evitar una actitud defensiva o mal entendida.
Por ejemplo: «Me gustaría que me dijeras qué te pasa para así poder entenderte mejor», «Eso que has dicho ahora me hace sentir mal», o «Si hablas con calma te entenderé mejor».
√ Haz una petición de cambio positivo enfocado a la búsqueda de una solución
En un contexto cargado emocionalmente como es una relación sentimental, es frecuente encontrarnos con situaciones difíciles de controlar debido precisamente a la carga emotiva en la que nos encontramos.
Por ello cometemos el error de dirigirnos a la otra persona con frases acusadoras, juiciosas, e incisivas que hieren a la otra persona y no hacen más que acrecentar el problema o el dolor, o, por el contrario, sea el receptor quien sienta ese «ataque» aunque no se haya dicho con esa intención.
En ambos casos, hay que analizar si los comentarios van dirigidos a buscar una solución o bien a resaltar el problema y engrandecer algo que, utilizando otro camino, llegaríamos a mejor puerto.
Es por ello que, cuando algo nos moleste, preocupe, o nos haga dudar, basta con comunicar cómo nos sentimos en lugar de acusar directamente sobre el malestar que podamos sentir.
Pongamos un ejemplo: María últimamente está hablando por Whatsapp justo antes de ir a dormir, algo que a Javier le sorprende y preocupa ya que piensa que puede haber conocido a alguien. Pero también sabe que anda bastante liada ayudando a su amiga que lo está pasando mal.
Pues bien, Javier no sabe qué sucede, y en lugar de preguntarle y escuchar atentamente lo que tiene que decir su pareja al respecto, se deja llevar por esas emociones y se dirige a su pareja nervioso, alterado y con argumentos acusatorios como que le está engañando.
Una posible solución sería preguntarle amablemente, y explicarle que a esas horas del día le apetece estar con ella en la cama y hablar sobre lo que han pasado a lo largo del día. Es decir, comunicar cómo se siente en lugar de hacer comentarios juiciosos y enfocados a agrandar el problema.
√ Escucha de manera activa y sin defenderte
Secuestrados emocionalmente en una discusión, tendemos a no escuchar a la otra persona de manera empática ya que sentimos que somos nosotros quiénes necesitamos ser escuchados.
Cuando estamos enfadados es difícil escuchar, por ello debemos respetar los turnos y prestar atención a lo que siente y dice la otra persona que a cómo nos sentimos nosotros.
Es difícil, pero las soluciones en la pareja se encuentran no sólo callando temporalmente nuestra boca, sino también nuestras emociones.
√ Interésate por sus emociones
Ahora es momento de entender y comprender emocionalmente qué es lo que le pasa a tu pareja, qué intenta decirte entre líneas, y qué es lo que le ofusca o siente en ese momento.
Tu tienes clara tu parte, es decir, lo que te pasa, lo que sientes, pero debemos apagar nuestro «ego» un instante ya que solo así podremos escuchar al corazón de la otra persona.
Esta parte es difícil ya que debemos dejar a un lado, por unos minutos, nuestras propias emociones.
El enfado, la frustración o la tristeza que sintamos en el momento de una discusión impedirán que empatices con tu pareja y no llegarás a entender bien qué es lo que le está pasando.
Esta parte, tan importante de nuestra inteligencia emocional, podemos entrenarla y perfeccionarla con la práctica, precisamente, en estos contextos.
Por ejemplo, las personas que practican mindfulness dominan la capacidad de observar sus emociones sin dejarse embaucar o dominar por ellas.
Las observan como si fueran una tercera persona, desde lejos, y controlan la alienación que puedan sufrir cuando se sienten dominados por la ira o la tristeza, tomando consciencia de ello y sin reaccionar al respecto.
√ Dialoga, no negocies
Llegad a un consenso, a un acuerdo, a una solución, en lugar de negociar aspectos importantes y básicos como puede ser la libertad, la comunicación, el respeto, o la intimidad.
No estáis juntos por aspectos interesados sino que el amor, la unión, y el vínculo que tenéis es incondicional y fluido. Es por ello que la palabra negociar debería ser suplantada por la de dialogar, comunicar, consensuar o entender.
√ Responde a su iniciativa
Una manera muy eficiente de demostrar que la otra persona te importa y que es especial es la de aplaudir sus iniciativas para buscar soluciones en mitad de una discusión.
Por ello te recomiendo empatizar con sus opiniones y soluciones, manteniendo una escucha activa (es decir, asentar o afirmar con la cabeza y mirando fijamente a los ojos mientras habla) y respondiendo que te parece bien esa actitud enfocada en buscar respuestas que unan la relación en lugar de dividirla.
Si tu pareja dirige la atención a solucionar problemas en lugar de buscarlos y perderse en ellos, tienes un gran tesoro a tu lado. Cuídalo, esa es la actitud 😉
√ Retomad un espacio de complicidad
Volved a tener aficiones y pasiones en común es una fuente inagotable de reconstitución del amor.
Busca qué admiras en tu pareja, qué recuerdas que te enamoró de ella, qué te hace sentir orgullo u orgullosa.
Un pequeño «truco» que puedes hacer para amenizar una discusión difícil a la que no encontráis solución, puedes ser el de cambiar contexto de la discusión.
Lo normal es que las discusiones en pareja ocurran en casa, por ello, puede ser buena idea parar los comentarios y continuar la comunicación en un lugar en la naturaleza, como la playa o el campo. Busca un lugar tranquilo y que os guste a ambos, pruébalo y verás como veréis las cosas de otra manera.
El hogar suele estar cargado de tensiones propias de la rutina, salid de ahí e ir a un lugar rico en sensaciones que os aporte energía positiva.
√ Recordad momentos mágicos
Otra forma de encontrar complicidad y acercar diferencias es la de recordar momentos en los que vuestro amor fue único, original y divertido.
Bien sea un viaje, una cena, o una situación romántica que soléis recordar como especial. Esto acercará vuestros corazones y garantizo que un brillo en los ojos ayudará a buscar una solución rápidamente.
√ Encontrad la admiración, no la posesión
Un valor importante del amor y las relaciones de pareja es la admiración.
Cuando conocemos a alguien y comenzamos una relación, durante los primeros meses nos fijamos en detalles que acrecientan nuestro amor hacia esa persona. Bien sea su forma de ver la vida, sus aficiones, sus habilidades,… cualquier aspecto de sus personalidad o actitud termina por enamorarnos.
El problema surge cuando dejamos de admirar y el miedo nos recorre el cuerpo intentando que esa persona sea «mi novia» o «mi novio» con la intención de poseer la relación y a nuestra pareja como algo propio, material, y que debemos proteger por encima de la libertad.
√ Decid más «te amo», y menos» te quiero»
Y por último, uno de los consejos que nos ayudarán a superar diferencias en la pareja es la de cambiar la manera con la que expresamos nuestro amor: intenta decir más te amo y menos te quiero.
La palabra «querer» implica posesión, deseo de pertenencia y falta de libertad, en cambio «te amo» expresa amor hacia esa persona sin más intención que la de hacerle saber lo que se siente por ella.
En muchos países no se usa el verbo «querer», por ejemplo: Francia je t’aime, Italia ti amo, Alemania ich liebe dich, Inglaterra i love you,… En cambio en España, o en español, si solemos usar esa manera de expresarle a la otra persona lo que sentimos por ella.
Conclusión
Elige bien tus palabras, pero más aún tus emociones. Y sobre todo, ten paciencia, tolerancia y respeto.
¿Alguna otra estrategia que conozcas para superar diferencias en la pareja? Compártela.