Ser feliz en la vida requiere de un esfuerzo diario por nuestra parte, aunque sea pequeño. La felicidad ha sido objeto de estudio por parte de la filosofía desde hace más de 2.000 años, desde que Aristóteles, con su término eudaimonia, pero a lo que han llegado algunos estudiosos a concluir es que si no ponemos de nuestra parte, difícilmente seremos felices.
En este artículo vamos a centrarnos en la importancia que tiene aquello que mayoritariamente no nos hace feliz, y esto eso, las ideas irracionales. A la hora de buscar la felicidad a nuestro alrededor no nos percatamos a veces que la manera esencial de un cambio profundo está precisamente en cambiar la manera en que vemos las cosas.
>>>Te recomiendo que leas también este artículo sobre los beneficios que tiene practicar mindfulness en tu felicidad.
Y para ello, varios psicólogos se han puesto de acuerdo en determinar los diferentes tipos de ideas que no te dejan ser feliz.
Si tras finalizar este artículo has conseguido aclarar un poco qué ideas tienes que te impiden lo que quieres, me sentiré satisfecho. Coméntalo y comparte tu experiencia.
El secreto para ser feliz
A veces pasamos por alto preguntarnos si ciertos pensamientos, ideas o creencias irracionales nos impiden ser feliz. La mayoría de las personas actúan por impulso sin cuestionarse hacia donde dirigen sus esfuerzos, su atención y sus deseos.
Tener una actitud motivadora de autoconocimiento y distinguir cuales de estas ideas nos ha causado más problemas que beneficios a lo largo de nuestra vida, es el principio del cambio.
La felicidad no es un estado que se consigue siendo pasivo, sino que requiere de un pequeño esfuerzo cada día y todos comenzamos por conocernos a nosotros mismos.
Es por ello que para ser feliz necesitamos tener una actitud activa por nuestra parte.
El secreto para ser feliz depende de cada persona, es decir, lo que para mí es felicidad para tí no lo es, en cambio, en lo que si coincidimos todos es que cada persona elige ese camino creyendo que algún día lo será, y amolda sus pensamientos e ideas sin preguntarse a veces si le está llevando por el buen camino.
Es decir, muchas de nuestras creencias e ideas de la vida y de nosotros mismos no tienen por qué hacernos felices. Detecta cuáles son, observa si te han servido alguna vez o te sirven ahora, y si la respuesta es «no», busca otra forma de ver lo que te sucede.
Estoy completamente seguro de que hay otra forma de verlo, y si no, ¿por qué hay personas que reaccionan de diferente manera? ¿Por qué hay personas que en determinadas situaciones son felices y tu no?
Cómo puedo ser feliz cambiando mis ideas
Una vez dicho esto, las ideas tienen un papel increíblemente importante en nuestra felicidad.
Las ideas que tenemos del mundo y de nosotros mismos nos condicionan más de lo que creemos a la hora de ser felices, y tomar decisiones importantes.
Muchos de nuestros pensamientos y maneras de comportarnos lo aprendimos en un momento determinado de nuestra vida que quizás ya no nos sirva para ser productivos o buenas personas. Este punto es muy importante ya que tendemos a identificarnos con esas creencias adquiridas como si fueran parte de nuestra personalidad.
¿Ha llegado el momento de cuestionárselas esas ideas para ser feliz? Posiblemente si. Es más, creo que hay que cuestionarse tu manera de ver las cosas en el momento justo en que detectas que algo está provocándote malestar.
No siempre tenemos que analizar qué pensamos ni buscar alternativas. Pero el hecho de pararte un momento y ver si eso te acerca o te aleja a ser feliz, no te pasará nada. Lo ideal es tomarte tu tiempo para cuestionártelo ya que además, tenemos todo el derecho del mundo para cambiar y amoldar nuestra manera de pensar.
Tómate la libertad de mejorar cada día un poquito más.
Barajar la posibilidad de que ya no nos sirva esa forma de ver las cosas, nos abre la mente a nuevas posibilidades sacándonos de esa zona de confort que ahora no nos ha dejado crecer como queremos.
Cómo algunas ideas nos impide ser feliz
Las ideas y las creencias que tenemos tanto del mundo como de nosotros mismos van cambiando a lo largo de la vida.
Ya no eres la persona de ayer, en cambio, cuando te definías a tí mism@ usabas etiquetas y características que creías propias y únicas. Es más, posiblemente te decías: «es que yo soy así y nunca cambiaré».
La experiencia y los acontecimientos que van ocurriendo en tu vida van poco a poco modificando quién eres. A veces ocurre un evento traumático que nos hace cambiar de golpe, y aunque tenemos una parte más o menos estable de nuestro comportamiento, llamada personalidad, gran parte de nuestra forma de ver las cosas puede modificarse si cambiamos nuestras ideas y creencias.
A veces hemos usado frases para definirnos como: «es que yo soy así», «necesito esto y lo otro», «soy exigente en el amor«, «no tolero que me hablan o me digan tal o cual cosa»,… pero no fuimos siempre así, simplemente lo aprendimos.
Entonces, ¿quién soy realmente? ¿Cómo puedo cambiar esas ideas que a veces me hacen que me enfade? Y más importante aún, ¿de verdad quiero cambiar algo de mí?
Si has decidido que no tienes que cambiar nada, entonces genial, eres una persona perfecta. Aunque siento decirte que nadie lo es. Todo cambio y mejora surge por aceptar que algo «no va bien en tu interior» y a partir de ahí hay que comenzar a andar hacia nuestros objetivos.
Algo te puedo asegurar, nadie, es decir, nadie deja de evolucionar y mejorar, y si no es así, es que «está muerto por dentro».
¿Quién soy?
Si nuestra manera de pensar cambia a lo largo de la vida, entonces debes saber que no eres quien piensa en este momento. No deberías identificarte con lo que estás pensando ahora mismo ya que mañana dejarás de tener razón en algunas cosas.
Cuestiónate algún pensamiento negativo que te vino a la mente estos días atrás cuando viviste alguna situación estresante, y plantéate si haber pensado así te hace ser feliz, de esta forma comenzarás un cambio en tu interior que tú mism@ podrás dirigir hacia donde tú quieras.
Nadie tiene porqué decirte lo que debes hacer, eres tú la persona que debe tomar consciencia de si comportándote de tal o cual manera te hace bien.
Practicar el aquí y ahora, o ejercitar alguna técnica de mindfulness, ayuda mucho a entender esto que te digo. Te invito a que lo hagas cada día y comentes tu experiencia y evolución.
Cambiando mis pensamientos
Albert Ellis en 1962 clasificó los siguientes pensamientos que te muestro a continuación como causas principales de nuestra infelicidad.
Posiblemente estés de acuerdo con alguno de ellos ya que todo el mundo comparte en mayor o menor medida estas ideas, pero lo importante ahora es que si estás cerca de compartir alguno al 100%, te plantees si serías más feliz teniendo otro pensamiento alternativo, más adaptado a la situación en la que te encuentras actualmente, y que te resulte relativamente fácil alcanzarlo.
Los pensamientos que se muestran a continuación son ideas o creencias extremas que no tienen porqué ser verdad, lo que ocurre es que a lo largo de nuestra vida las hemos hecho verdaderas y nos provocan infelicidad. Es la hora de cambiar ciertas cosas y desintoxicarnos mentalmente.
Desintoxicando viejas creencias
- Una de las cosas más importantes como ser humano es sentirse querido y aceptado por todo el mundo.
- Por lo general debo ser competente, saber de todo y ser capaz de resolver cualquier problema para considerarme útil y necesario.
- Hay gente mala y despreciable que deben recibir su merecido
- Es horrible que las cosas no salgan como quiero
- Las desgracias humanas no depende de las personas que las sufren, ellos tienen pocas o ninguna posibilidad de librarse de ellas
- Si existe la posibilidad de que algo malo pueda ocurrirme, debo preocuparme y darle vueltas constantemente para evitar que eso ocurra
- Es más fácil y aconsejable evitar un problema que afrontarlo y ser responsable de ello
- Siempre se necesita de alguien más fuerte que uno mismo en quien poder confiar
- Una experiencia pasada que tuve condiciona mi momento presente y también lo hará siempre con mi futuro
- Debería estar preocupado permanentemente por los problemas de los demás
Te planteo un pequeño ejercicio de reflexión. Contesta, cuando tengas un momento tranquilo en el día, a las siguientes preguntas.
¿Cambiarías esa forma de pensar que no te deja ser feliz?
¿Hay otra manera de ver las cosas que te haga ser mejor persona?