La neurociencia ha revelado que la morfología de nuestro cerebro está constituida para desarrollar un comportamiento social propio de nuestra especie. Nuestras neuronas trabajan para adaptarnos, sobrevivir, y también para tener relaciones sociales continuamente, entonces, ¿qué pasa en tu cerebro cuando dejamos de tener amigos?
¿Qué cambios neuronales podemos esperar en una persona que no dispone de un círculo social que le apoye en situaciones difíciles de la vida?
¿Quieres saber la respuesta? Acompáñame en esta aventura al interior de tu mente.
Un amigo es un tesoro,… ¡para tu cerebro!
No hace falta que venga un científico a contárnoslo, todos sabemos que disponer de relaciones sociales continuas es algo natural de nuestra especie y somos conscientes de la importancia que tiene cuando nos ocurre algo estresante como una ruptura sentimental, la pérdida de un empleo, o alguna enfermedad.
No tener amigos con quienes compartir ideas, anécdotas o situaciones difíciles que nos ocurren puede llevarnos a sufrir síntomas depresivos o ansiedad (más información sobre la ansiedad).
Pero, ¿qué tiene que decir la ciencia al respecto?
Tu cerebro es feliz en compañía
Un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford dirigidos por el psicólogo Robin Dunbar, determinaron en un estudio que nuestra felicidad aumentaba enormemente cuando salíamos al menos dos veces por semana con amigos a practicar algún deporte o compartir simplemente tiempo de ocio.
Parece que para ser felices, además de tener actitudes positivas, debemos llevar un estilo de vida saludable y cuidar de nuestros amigos de vez en cuando.
La amistad agranda el cerebro
Otro estudio de la mano de Mary Ann Noonan, también de la Universidad de Oxford, determinó mediante el uso de técnicas de neuroimagen que ciertas regiones del cerebro eran más pequeñas y estaban peor conectadas en personas que no tenían amigos.
Por ejemplo, la unión temporoparietal (relacionada con la empatía) del cortex del cíngulo anterior o del cortex prefrontal rostral, son las zonas implicadas en la aptitud para atribuir los estados mentales, pensamientos e intenciones al ser humano. Algo que dificulta el entendimiento entre iguales.
Con amigos se vive más tiempo y mejor
Stephanie Cacioppo y John Capitanio publicaron su artículo “Toward a neurology of loneliness” en la revista “Psychological Bulletin” indicando que «la soledad es el origen de ciertos trastornos mentales, no la consecuencia» (ver estudio).
Este estudio es especialmente interesante ya que concluye que las personas sin amigos o que sufren de soledad «tienen una especial sensibilidad a los resultados sociales negativos lo que las lleva a que su actuación en estos contextos quede impregnada de estas cogniciones y se vea afectada«.
En ciertos animales, por ejemplo, determinadas regiones cerebrales disminuyen su tamaño cuando se exponen durante un tiempo a la soledad, de manera que algunas neuronas se atrofian o pierden conexiones entre ellas debido a su falta de uso.
Este estudio además informa que la soledad es una causa de mortalidad más importante que la obesidad u otras enfermedades graves.
Un amigo para estar sano
Por otra parte, en un estudio presentado en la Cambridge University Press demuestra que la amígdala (zona del cerebro implicada en el procesamiento de las emociones) presenta ciertas desconexiones neuronales con otras zonas del cerebro lo que dificulta el procesamiento y entendimiento de ciertas emociones (ver estudio).
La corteza prefrontal, encargada del pensamiento racional, la planificación y la estrategia, se ve secuestrada por estas emociones perdiendo sus capacidades reguladoras y moduladoras, de manera que surgen la rumiación de pensamientos negativos que permiten el desarrollo de creencias e ideas tóxicas sobre nosotros mismos y nuestro entorno.
En la neurogénesis admiten que estamos programados desde el nacimiento para relacionarnos con los demás y si no ocurre así, las repercusiones psicológicas en el desarrollo hacia la edad adulta pueden ser catastróficas para la personalidad y desarrollo neuronal del individuo.
En resumen
Nuestro cerebro, al igual que su morfología y funcionalidades, es social por naturaleza, esto quiere decir que está constituido para estar continuamente interactuando con otras personas.
Como afirman los estudios comentados en el artículo, mantener las amistades es crucial para nuestra salud mental así como para afrontar con éxito los obstáculos que nos pone la vida
Tener amigos no sólo es bueno para divertirse y pasarlo bien, sino que además estarás cuidando tu cerebro y tu salud.
Pero claro, no vale cualquier clase de amistad, algunas pueden ser tóxicas y perjudiciales de manera que elegir bien a los amigos es tan importante como tenerlos.