No le digas "adiós" a 2020

No le digas «adiós» a 2020

Llevamos tres semanas de confinamiento y casi acaba de comenzar la fase de «aburrimiento». La tristeza, la impotencia, y el cansancio mental nos acercan a un círculo aparentemente infinito de desesperación y aturdimiento.

Son muchos días recibiendo noticias trágicas sobre el virus, y ahora vemos como se extiende por el mundo afectando implacable a países con menos infraestructuras que sobreviven bajo el yugo de la corrupción y la decadencia.

Además nos cuentan que tras el virus vendrá una super crisis económica que dejará a la de 2008 en pañales.

Por ello me pregunto…

¿Cómo lidiar psicológicamente con todo eso?

La sensación de «haber perdido el 2020» está llamando a nuestra puerta. Un tsunami de tristeza puede que vulnere nuestras defensas resilientes.

Diversos estudios científicos concluyen que tras un periodo de 10 días de confinamiento, el riesgo de padecer un trastorno por estrés postraumático (TEPT) eleva el porcentaje de padecerlo.

Sabemos que esta situación puede conllevar a síntomas depresivos y aislamiento, por no hablar del agravante económico que nos espera.

¿Es así como vemos el futuro próximo?

El panorama no es muy reconfortante aún así quiero intentar motivarte, darte ánimos con este artículo.

¿Qué hago para mantenerme activo y motivado?

Te diré lo que yo hago, lo que pienso, lo que siento para estos próximos meses, y espero que mi ilusoria reconstrucción del futuro pueda darte aliento y esperanzas, que las hay.

Durante estos días no he dejado de hacer lo que me gusta, salvo, claro está, salir a la calle, pasear por la playa o el campo, visitar algún pueblo recóndito de Andalucía,…

Para todo lo demás, dedicación y pasión: leer, escribir, deporte en casa, hablar con amigos y familiares,… e incluso contactar con otros profesionales.

Aunque no tengo el desahogo de respirar aire puro, mi productividad está siendo aceptable.

¿Cómo lo hago?

No conozco tu situación personal pero imagino que habrás recurrido a herramientas parecidas, imaginar qué haremos cuando esto acabe y quizás tomarnos más en serio algunas cosas, algunos hábitos como: la alimentación, el deporte,… e incluso me atrevo a decir que tendremos en cuenta la humildad y la empatía para con los demás.

La lucha de los profesionales durante el confinamiento está dejando paso a la importancia de cuidar las relaciones, la integridad de las personas más débiles, por ello creo que algo comienza a cambiar en la sociedad en general, ¿no crees?

Me gusta pensar que la desenfrenada carrera por «el tener», el materialismo compulsivo que de muchos es sabido intenta tapar agujeros de nuestra personalidad, puede que flaquee y deje de estar en las primeras posiciones de una lista de opciones por sentirse autorrealizados.

Pues bien, este fenómeno que nos acontece bien puede ser traumático o enriquecedor, todo depende de cómo lo tomemos, eso ya lo sabes. Sea como sea, es una fase de aprendizaje interior que no pasará desapercibido.

Es como cuando tenemos una relación amorosa, nos hacen mucho daño, y la ruptura se convierte en ese proceso en el que podemos llevarlo de dos formas: o pasar los siguientes meses con una actitud positiva y compasiva, o preguntándonos cada instante porqué lo hizo, cómo pudo traicionarme así,… o lo que sea que sucediera.

En nosotros está darle vueltas a un sin fin de preguntas que nadie, ni siquiera la otra persona puede responder, o bien comenzar a allanar el camino que si o si, tenemos que andar, es decir, el nuestro propio.

Es decir, somos responsables de cómo nos tomamos las cosas, como las digerimos, y cuánto queremos abarcar.

Y lo mismo ocurre con la sensación de «haber perdido 2020«.

¿Qué está en tu mano para amortiguar los efectos del confinamiento?

Un ejercicio para ti

Ya sabes cómo influye el lenguaje en nuestras emociones.

La manera con la que te diriges a tí mism@ o calificas cuánto te sucede a tu alrededor, determina el efecto emocional que tiene en ti.

Por ello te invito a que analices el lenguaje que usas, detectes si es positivo o negativo, y construyas paralelamente uno adaptado que contribuya a ver tu futuro inmediato de una manera más positiva. No es fácil, y menos leyendo un artículo como este sin más.

Pero seguro que sabes de lo que te hablo, posiblemente porque a lo largo de tu vida habrás ayudado a un amigo o amiga con consejos animándole a ver las cosas de otra forma.

Pues ahora es el momento de que te lo hagas a ti, de que te dirijas a tu mente, de que utilices un lenguaje interior positivo y esperanzador como el que usarías con tu amig@.

Un ejercicio que puede ayudarte:

  1. Ponte frente a un espejo
  2. Respira profundamente tres veces
  3. Mírate fijamente a los ojos mientras tanto
  4. Cuando lo hagas, te pasará como a todo el mundo, es decir, los primeros segundos tendrás pensamientos que te juzgan: tengo mala cara, no me he peinado, estoy mas gord@,… bla bla bla. Déjalos ir, pasarán.
  5. Tómate un minuto más. Por supuesto tu teléfono no está contigo o está apagado.
  6. Ahora quiero que te mires a los ojos, e intentes sentir, no basta con decirte, sino que debes sentir que estás orgullos@ de ti. Por resistir, por luchar, por ser único, pero sobre todo por los grandes momentos que están por venir.
  7. Usa la palabra «si» en tus argumentos y construye un diálogo enfocado a la superación, por ejemplo: «si, soy capaz de superarme porque lo hice en el pasado», «si, merezco equivocarme, por ello aprenderé a perdonarme y perdonar», y «si, sabré salir de esto y tendré energía para seguir».

Hoy, cuando vayas a la ducha, practícalo frente al espejo.

Casi con seguridad, si lo haces bien, tengas un estado temporal de motivación y felicidad, pero al poco tiempo puede que se diluya. No pasa nada, no te abrumes, «no te vengas abajo». Estás acercándote a un nuevo estado mental, una nueva forma de ver las cosas.

Un ejercicio para tu futuro

Pensar en el futuro produce angustia, ansiedad, estrés,… precisamente porque la incertidumbre se apodera de nosotros al no poder controlar todo lo que puede sucedernos a nosotros y a las personas que amamos.

La inmensa cantidad e variables a manejar es interminable, y pasamos realizando planes mentales de lo que puede suceder, y de cuál sería nuestra reacción. Pero nada de eso pasará al final.

Por ello, un ejercicio de reflexión que nos ayude a lidiar con el futuro puede ser:

  1. Aprende a detectar cuándo tus pensamientos se dirigen al futuro: argumentos, conversaciones, pensamientos negativos en general.
  2. Posiblemente sean recurrentes, es decir, vuelvas a los mismos una y otra vez. Una vez detectados, crea un argumento paralelo que sea más positivo.
  3. Ayúdate centrándote en lo que está a tu alcance, el presente. Lo que te rodea es lo más importante.
  4. Reflexiona sobre la utilidad que tiene estar preocupados constantemente sobre lo que no existe, el futuro.
  5. Practica mindfulness.

Debes saber que te dispones a aprender una manera de afrontar lo que te sucede, de cambiar tu lenguaje interior.

No se trata de cambiar de la noche a la mañana, necesitamos tiempo, paciencia, comprensión.

Darse tiempo, ser compasivos, es parte del aprendizaje, y tu lo mereces.