Cuando una idea te ronda demasiado tiempo en la cabeza…
… significa que no se irá fácilmente. Está ahí, como una voz, como energía que te tira del pecho hacia ese lugar, hacia esa acción que necesitas dar o hacer, es un peso, a veces, que oprime sin que puedas escapar. ¿Te ha pasado esto alguna vez? ¿Qué has hecho para solucionarlo?
Todos tenemos sueños, solo que algunas personas no se atreven a escucharlos.
Y cuando nos sentimos más sensibles, permeables a ellos, y decidimos prestarles atención, algo en nuestras vidas comienza a cambiar. El mundo brilla de otra forma y escuchamos música donde no había más que silencio.
Todos tenemos sueños azules
Y es que, cuando una idea te ronda en la cabeza, un deseo del que sabes te hará feliz y por mucho que pasen los meses o los años no se va, puedo asegurarte que estás ante un sueño azul.
Azules porque solemos mirar al cielo cuando pensamos en ellos, cuando anhelamos e imaginamos cómo y de qué forma sería nuestra vida si diésemos el primer paso, si dejáramos atrás los miedos y excusas que nos impiden satisfacer esa energía que tenemos dentro.
Y no se va.
Casi podemos decir que estamos condenados a cumplirlos, a lanzarnos directamente hacia ellos. El silencio, la ignorancia, o hacer ruido en nuestra vida con otras actividades dándole de lado, no hará más que alargar esa agonía, ese llanto, ese grito que nos dice: «Eh!, Estoy aquí! Soy tu sueño y no me iré fácilmente. Soy parte de ti. ¡Escúchame!»
Y es que no se puede vivir sin sueños, pero tampoco se puede vivir sin cumplirlos. Entonces, ¿qué te impide a ti dar el primer paso?
Casi se está más cómodo en la antesala, en no hacer o luchar para no «fracasar».
Y es que en la cobardía se está calentito, es cómoda y nada malo puede pasarnos porque, precisamente, nada hacemos.
El despertar…
El despertar y salir ahí fuera, a la vida, a cometer errores, equivocarnos, caer y volver a ponernos de pie, es una osadía, una insensatez, un salto al vacío, … pero que bien sienta la vida, que rica sabe cuando la cogemos por el mango y nos lanzamos al destino.
Algunos lo llaman fluir, y en cambio otros lo llaman egoísmo.
Y como todo tiene un precio, ¿cuánto valen tus sueños azules? ¿Cuánto estás dispuesto a sacrificar por ellos?
Lo sé, cada persona es un mundo, tiene sus responsabilidades: trabajo, familia, deudas con los demoníacos bancos,… pero no te preocupes tanto, no eres el único ni el primero en trazar una línea estratégica para salir de ahí y mirar cara a cara a un sueño azul,… porque la vida es tan triste si no has luchado al menos por uno de ellos.
Mi sueño azul ahora mismo es viajar para aprender idiomas y encontrarme con el silencio mientras medito en el horizonte de esa montaña, de esa playa en calma, de esos labios,…
¿Cuál es tu sueño azul?
Advertencia: no me hago responsable de tu sueños pero si de que mires al cielo cuando pienses en ellos.