Mejorar la autoestima puede tener una repercusión muy positiva en tu vida diaria. Muchas veces ignoramos que está baja hasta que comenzamos a sentir síntomas de negatividad, pesimismo, aislamiento o agresividad.
La importancia que tiene en tus proyectos personales y profesionales la convierten en una aliada esencial, pero lamentablemente, no le damos la importancia que se complica con otros síntomas.
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Hablamos de ella en los despachos, en las relaciones sentimentales, y en la calle, pasando por alto la cara más práctica que hace que la autoestima sea una fuente muy importante para que mejores cualquier aspecto de tu vida.
La forma en la que interpretamos lo que nos sucede viene determinada por la autoestima.
Por ello, la influencia que tiene en nuestro estado de ánimo y por consiguiente en nuestra productividad diaria y profesional, es increíblemente determinante.
El potencial que podemos alcanzar en nuestros proyectos vitales a veces está dormido por no cuidar nuestra propia autoestima, escucharla y comprender qué le sucede para corregir posibles errores.
Algunos psicólogos le hemos hecho un cerco limitándola solo al ámbito clínico, pero su aplicación en diferentes contextos la convierten en un canal directo hacia la autorealización.
Una autoestima sana es el principal pilar de una persona de éxito.
¿Cómo mejorar la autoestima?
Existen métodos y técnicas que venimos aplicando los psicólogos desde hace tiempo. Aunque cada día se mejoran, tu puedes hacer que aumente cada día un poco más, si tienes baja autoestima, o cuidarla con algunos ejercicios si te encuentras bien.
Por otra parte, no podemos pasar por alto el hecho de que ésta comienza a forjarse en la infancia a través de la educación de los padres y los profesores, pero donde madura la autoestima es en la adolescencia.
La autoestima amortigua
La Autoestima actúa como un colchón que nos amortigua cuando nos sucede algo doloroso en la vida. Nos ayuda, por ejemplo, a tener una actitud “amortiguadora” de la depresión. Conocer cómo defendernos de una baja autoestima y conseguir aumentarla es la clave de la felicidad.
La autoestima impulsa
Cuando no encontramos la manera de seguir adelante, recurrimos, sin darnos cuenta, a la manera con la que afrontamos otros retos en el pasado y cómo salimos airosos.
Por ello también nos impulsa hacia nuestros sueños con sabiduría y nos encamina hacia los objetivos marcados llenándonos de la motivación que nos hace falta.
En cambio, una baja autoestima es la principal causa del fracaso de tus esfuerzos. Nos genera ansiedad y nos aleja del foco de atención que queremos para conseguir nuestras metas.
Enfocar tu mente a unos objetivos bien diseñados es crucial, es la clave para ser productivos, pero la actitud positiva con la que afrontarlo es determinante ya que ningún camino está exento de caídas.
Una de las grandes virtudes que tiene el ser humano es su capacidad de adaptación a los distintos medios donde se encuentra.
Y cuando nos hacemos adultos tendemos a aferrarnos a muchas de nuestras creencias y asimilarlas como propias.
Nos negamos a ver que gran parte de nuestro comportamiento y forma de pensar no nos tiene porqué identificar. Siempre estamos en constante aprendizaje, de esta forma las creencias que tenemos de nosotros mismos y del mundo también cambian.
Y aquí radica el poder que tenemos sobre nosotros.

¿Qué puedes hacer para mejorar la autoestima?
La meditación, algo que practico desde hace algún tiempo, te entrena a verte a ti mismo como un ser que siente y piensa.
TÚ eres el que observa lo que percibes y sientes en el mismo momento en que está ocurriendo. Cuando una mente es fuerte y está entrenada en meditación, tiende a ver como sus pensamientos y emociones pasan por su cabeza llegando a controlar dichas tensiones, de forma que no se deja alienar o secuestrar por aquello que siente.
Nos volvemos capaces de tomar consciencia sobre lo que estamos sintiendo, y sobre lo que estamos pensando.
Conocerse es la primera tarea para comenzar el cambio. Cambiar frases que adquirimos de pequeños como por ejemplo: “siempre me pasa igual, no creo que mejore, yo soy así y tienen que aguantarme,…” es el primer paso que nuestra autoestima necesita para mejorar (Mira este truco para ayudarte a recordarlo)
Ignora y cambia aquellas frases que tenemos aprendidas que te anclan en el pasado, en sentimientos negativos o de miedo. Pregúntate: “Siempre he actuado así y he pensado de esta forma, ¿me ha ayudado? ¿Me ha hecho avanzar? ¿He conseguido lo que me propuse? ¿La gente que me quiere y me rodea ha sido más feliz con mi comportamiento?”
La meditación, el ejercicio físico y las relaciones sociales ayudan a aumentar la autoestima, pero además hay algunas claves que deberías tener en cuenta.
Consejos prácticos que te ayudarán a mejorar la autoestima hoy mismo
Esto que te intento explicar lo vamos a ver de una forma simplificada y clara con algunos ejemplos.
Son ejemplos que bien pueden ser reales, y que igual te sientes identificado, en parte, con alguno de ellos. La idea es que sepas al menos que existen pensamientos categorizados al respecto y favorezca el autoconocimiento.
Veamos a continuación las 8 claves a tener en cuenta para aumentar la autoestima:
Ejemplo 1:
“El día que Sonia recibió la noticia de que la echaban del trabajo no se lo creía. -¿Otra vez?- se dijo. Ese día se había despertado feliz, motivada y con ganas de hacer muchas cosas. Le había comprado a su gato la comida preferida tan solo por verle una vez más esa cara peluda relamiéndose los bigotes, pero por cosas del destino, su empresa había hecho cálculos y tenían que expulsar a alguien.
La empresa iba mal, todo el mundo lo sabía, pero Sonia no lo vio así. Pensaba que era responsable de que la expulsaran y terminó el día metida en la cama diciéndose a sí misma que era una fracasada, que siempre la echarían del trabajo, que por mucho que se esforzara esto ya no tenía sentido.”
⇒ Pensamientos recurrentes
Los pensamientos recurrentes de fracaso no son constructivos, no digo que esté feliz el día que te expulsen del trabajo, pero decir que siempre vas a fracasar, ¿siempre?, eso con total seguridad, no es cierto.
⇒ Pensamientos de sobregeneralización
Sonia en este ejemplo ha creado pensamientos de sobregeneralización. Posiblemente ha tenido mala suerte en los trabajos, pero decir que siempre vas a fracasar es sobregeneralizar e interiorizar un acontecimiento negativo, algo que comienza a afectar a tu autoestima.
Ejemplo 2:
“Una de las cosas que más le gustan a David es tocar la guitarra. Su padre le compró una cuando era pequeño, y ahora a sus 20 años es un fenómeno entre sus amigos. Un día, ensayando con los componentes de su grupo decide coger un instrumento nuevo que nunca había tocado, un ukelele. Delante de todos vio que lo tocaba mal, y se fue a casa pensando que era muy torpe.”
En lugar de decirse a sí mismo que era la primera vez que lo tocaba y era algo normal, se dijo que era muy torpe, realizando una designación global de sus facultades.
⇒ Pensamiento polarizado
El pensamiento polarizado, la tercera categoría de pensamientos a analizar, es algo mas común de lo que nos creemos. En las dos categorías anteriores he puesto ejemplos, pero en esta podríamos poner miles.
Cuando usemos palabras como “siempre o nunca”, “todo o nada”, “blanco o negro”, estaremos realizando una polarización de nuestros pensamientos. Fíjate en el ejemplo de Sonia, el primero. Ella se dijo ha sí misma que siempre la echarían del trabajo.
Los siempre y los nunca se usan mucho, por ejemplo, en las parejas: “tu nunca me llamas”, “ tu siempre te comportas así”, “siempre tengo que hacerlo yo todo”. Cuidado con estas palabras porque la otra persona las toma como un ataque, igual que si nos la decimos a nosotros mismos también.
En el trabajo y en las relaciones sociales no solemos tener muchas oportunidades de rectificación, la confianza cuesta mucho ganarla pero se vuelve fugaz y frágil cuando cometemos algún fallo con nuestros comentarios.
Especial cuidado a la hora de usar estas palabras.
⇒ Pensamientos de autoacusación
La cuarta característica es la autoacusación. Sentirse culpable y responsable de todo lo que sucede y de lo que no ha sucedido es una creencia que lleva a la larga a la depresión.
Fíjate en el siguiente ejemplo cómo reacciona María.
Ejemplo 3:
“María estaba en el parque viendo como su hija de 4 añitos se divertía en los columpios. Cuando fue a sacar un cigarro su hija se cayó golpeándose en la rodilla. María se levantó precipitada y muy nerviosa. La niña se levantó y siguió jugando, pero María se sintió culpable de que su hija se cayera. -Debí estar atenta, por mi culpa se ha caído mi hija, y le he hecho daño-«
⇒ Pensamientos distorsionados
La quinta característica de los pensamientos distorsionados de una autoestima baja es la personalización. Esta no es mas que la idea de atribuirnos constantemente a nosotros mismos lo que les sucede a los demás.
Ejemplo 4:
«Si la jefa está con mala cara, es que igual yo he hecho algo para que esté así. O si mi marido está enfadado es que yo he podido hacer algo que le molestara.»
⇒ Lectura del pensamiento
Otra característica parecida a la anterior es la lectura del pensamiento de otra persona.
Las personas con baja autoestima tienden a realizar suposiciones sobre lo que los demás están pensando: si piensan mal de ella, si creen que algo no les ha gustado,… Las habilidades sociales tienen un papel importante aquí.
⇒ Falacia de control
La séptima característica se llama falacia de control, y es el hecho que tienen las personas de atribuirse a si mismas los sucesos que les va ocurriendo en la vida. Hay dos tipos de pensamientos, aquellos que te hacen creer que tienes el control de todo, como María, o bien una persona desamparada que abandona y tira la toalla como Sonia con sus objetivos profesionales.
⇒ Razonamiento emocional
La última característica es muy interesante, se llama razonamiento emocional. Ha sido objeto de intensos estudios porque tiene una base biológica que explica su funcionamiento.
A veces sentimos nerviosismo, agitación, o tensión muscular, y por el simple hecho de sentirnos así, pueden generarse pensamientos de que algo malo puede ocurrirme. De esta forma podemos sentir miedo, pánico, incertidumbre, etcétera.
Es decir, ya que no encontramos una explicación evidente a lo que físicamente nos está sucediendo, buscamos una razón que lo explique, y como lo que siente mi cuerpo es parecido al miedo, entonces digo que tengo miedo y de verdad puedo llegar a sentirlo.
Conclusión
Como has podido ver, aumentar la autoestima requiere de una actitud por nuestra parte.
Los cambios en nuestra manera de pensar cuando decidimos mejorar algo de nosotros mismos pueden hacer que nuestra vida mejore y lleguemos a potenciar nuestra felicidad y calidad de vida.
¿Has encontrado práctico estos ejercicios para mejorar tu autoestima?
Imagen por Luis Molinero (https://www.shutterstock.com)