4 Habilidades sociales básicas para tener éxito

4 Habilidades sociales básicas para tener éxito

Aunque de una manera casi automática, realizamos conversaciones con otras personas sin prestar atención a que el conjunto de las habilidades sociales básicas y las habilidades comunicativas, engloban diferentes conceptos importantes para entablar relaciones efectivas y sanas.

Vamos a ver a continuación cuáles son esas habilidades sociales básicas a las que debemos respetar para mejorar nuestras relaciones con los demás.

¿Cuáles son las habilidades sociales básicas para una conversación efectiva?

A continuación vamos a ver 4 habilidades sociales y comunicativas básicas que debemos poner en práctica y añadir en nuestro repertorio conductual diario.

Si dominamos estas técnicas estaremos dando un paso hacia la comunicación asertiva, un campo realmente fructífero para tener éxito en nuestras relaciones y nuestra autoestima.

Escuchar

Parece obvio saber que no hay comunicación sin que tengamos la capacidad de escuchar, pero esto no es cierto. Podemos comunicarnos solamente con gestos, con nuestro cuerpo, y con expresiones de nuestra cara.

Aún así, escuchar a la personas que tenemos delante forma parte de una comunicación efectiva ya que estaremos dándole el momento que necesita a la otra persona para que nos cuente qué es lo que le pasa, que pide, o en qué situación se encuentra, es decir, qué esta ocurriendo en ese momento y porque se dirige a nosotros. Es una manera de respetar su turno.

Seguramente te ha pasado en alguna ocasion que estas mirando a alguien y no lo estas escuchando, tu mente esta en otro lugar o simplemtne te estas prgutnando: «¿porque me cuenta todo eso?«.

En la escucha es importante vaciar nuestra mente, prestar atención al mensaje y ser capaces de observar cuanto ocurre a nuestro alrededor para poder captar lo que nos dice.

Es por ello que hay un concepto que vamos a añadir, es el de escucha activa.

La escucha activa engloba la capacidad no solo de oír e interpretar el mensaje de la persona con la que estamos interactuando sino también la de observar su rostro, los gestos, su cuerpo, la entonación, y empatizar con la persona que tenemos enfrente.

Además, la escucha activa es también la capacidad que tenemos de poder asimilar lo que nos dice de una manera general, global, donde toda la información se convierta en un todo de esa persona, del mensaje, de la situación.

Es importante saber que la escucha activa también es escacharnos a nosotros mismos en el momento en que oímos el mensaje de nuestro interlocutor: cómo nos afecta ese mensaje, como estamos reaccionando, cual es nuestra postura corporal,….

Por último, la escucha activa transmite a la otra persona que la estamos oyendo, que la entendemos, que le estamos prestando atención. Le daremos por tanto un feedback para indicarle que estamos atentos a su mensaje.

Esta actitud es importante porque transmitimos a la otra persona que nos importa lo que nos dice, que el estamos prestando atención y que por tanto ella y su mensaje son importantes para nosotros.

La percepción emocional es la capacidad que tenemos de saber interpretar las emociones que la otra persona puede estar sintiendo en el transcurso de la conversación, ese será también el feedback que nos de para así saber si la estamos aburriendo, si le interesa o si está mostrando alegría o tristeza con nuestra conducta.

Esto es vital para hacer sentir a la otra persona que estamos en el hilo de la comunicación, de esta manera, por ejemplo en una situación de enfado o discusión, la otra persona verá que es importante su situación emocional y que estamos 100% dedicado a ello.

Iniciar y mantener una conversación

Son incontables las situaciones con las que podemos encontrarnos en la vida. El contexto, quien sea la otra persona y nuestras intenciones van a hacer que el inicio de la conversación lleve una dirección u otra.

Es normal prepararnos para ello con un argumento previo que hayamos memorizado o preparado. Pero también podemos improvisar y ser espontáneos si es la naturalidad lo que queremos conseguir.

Iniciar una conversación, sea con una persona que nos gusta, con nuestro jefe o con un amigo con quien hemos discutido, requiere de valor y cierta determinación. También por supuesto saber qué es lo que vamos a hacer y qué queremos conseguir.

Pero hay un extremo difícil de solventar que es la timidez.

No solo la importancia que tenga para nosotros lo que va a ocurrir es determinante, ni tampoco el papel que tiene nuestro receptor en nuestra vida o lo que vayamos a pedirle, sino también nuestra personalidad, nuestra experiencia, nuestro bagaje personal es determinante.

Por ello las personas tímidas encuentran dificultades enormes a la hora de iniciar y mantener conversaciones. Pero la timidez es una línea, no es una cuestión de todo o nada. Creo que todo el mundo somos tímidos si tenemos delante a una persona que admiramos: un actor, un futbolista, una cantante,…

El nerviosismo se apodera de nosotros, nos tiemblan las piernas, tenemos miedo de fracasar, que no nos preste atención , de hacerlo mal… y nos resulta mas fácil escapar de la situación y perder esa oportunidad de hablar con alguien que nos importa.

Los obstáculos mentales o las barreras psicológicas están ahí siempre, dependiendo del peso que le demos a lo que creemos que va a ocurrirnos. Por eso hablar en público se convierte en un momento tenso y difícil.

Lo maravilloso de todo esto es que la mejor manera de superarlas es haciéndolo, no hay otro modo. Exponerse a situaciones así donde tengamos que hablar con personas desconocidas es la solución a este tipo de problemas.

Lo que quizás es un gran obstáculo a la hora de iniciar conversaciones con personas de gran peso para nosotros es la expectativa que tenemos antes de hacerlo: no va a servir de nada lo que vaya a pedirle, no me va a escuchar, no sabré expresarme, voy a tartamudear,…

La expectativa que tenemos tener no es la de hacerlo bien o mal, seguramente salga mal pero no tiene porqué. La idea que debemos tener es la de hacerlo, ese es nuestro objetivo principal.

Realizar o recibir un cumplido

Encontrar el momento perfecto para hacer un cumplido es difícil, aun así es mejor hacerlo que no.

Hay personas que se ofenden o no los sienta bien este tipo de cosas, seguramente a ti en algún momento no te ha sentado bien un regalo, un cumplido, o que otra persona haya querido decirte lo bueno que eres en algún tema.

Nos cuesta en determinados momentos recibir cumplidos de otras personas por nuestro trabajo, esfuerzo o amabilidad.

Este síntoma es propio de personas que problemas de autoestima, si es tu caso mira este artículo.

Sea cual sea la situación, debemos ser agradecidos con las otras personas que tienen gestos hacia nosotros, de la misma manera que si alguien quiere serlo con nosotros también debemos aceptarlas. Algo habrás hecho bien.

Presentación y despedida

Como en las buenas películas o los buenos libros, las primeras páginas son vitales ya que nos transmiten intriga, o expectativas sobre lo que va a ocurrir. Además, tendemos a fabricarnos ideas rápidamente con la poca información que tenemos al principio de un acontecimiento.

Algo parecido ocurre cuando conocemos a alguien por primera vez.

La presentación es de vital importancia ya la hagamos nosotros mismos o nos la haga otra persona, es decir, alguien que nos presenta.

Las personas tendemos a seguir el hilo de la conversación según las ideas que nos hayamos forjado de esa persona al principio y encontraremos argumentos que sean congruentes con nuestra primera idea.

La presentación también forma parte de nuestra educación. Saber con quien vamos a hablar, quién es, de dónde viene,… aunque erróneamente nos dejamos llevar por los prejuicios en determinados momentos.

Lo mismo ocurre con las despedidas, tener un buen recuerdo de de esa persona al mostrar amabilidad hará que queramos volver a verla. Es como cuando salimos de un restaurante y nos quedamos saciados y a la vez contento con el servicio.

Es una sensación de armonía donde sentimos que ha habido conexión: hemos hablado y la otra persona nos ha escuchado, también hemos dejado hablar a la otra persona y además el tema o argumento que hemos tratado ha sido interesantes.

Esa sensación es muy placentera y los amantes de buenas conversaciones lo sabemos.

La memoria tiene un efecto curioso en estas situaciones.

Por ejemplo, la presentación educada y amable, a la vez que segura y carismática, tiene un efecto en nosotros seductor. Esta información queda reflejada en la memoria a largo plazo cuando hemos finalizado ese encuentro. Se llama efecto primacía y quedará almacenada en el recuerdo que tengamos de esa persona. Por eso se dice que primera imagen no hay mas que una.

Por otra parte, las despedida. Este efecto se llama efecto recencia de la memoria y queda almacenada en la memoria a corto plazo. Una sonrisa agradable, énfasis en volver a veros, amabilidad y generosidad en ofrecernos como una amistad potencial,… hará que la otra persona se marche con «buen sabor de boca», interesada por seguir conociéndonos (si es lo que queremos).

Bueno, como puedes ver, la importancia de las habilidades sociales básicas con el pilar de nuestras relaciones, un aspecto importante para mejorar nuestro bienestar y nuestra felicidad.

Hasta el próximo artículoooooo!!!