Vais a perdonar el sarcasmo de este artículo, pero es que no hay nada más serio en la vida que una sonrisa. Y para entender conceptos importantes de nuestro crecimiento personal a veces es bueno verlos desde otra perspectiva, aunque sea ácida, como es el caso. Por ello he decidido crear una guía con 5 consejos para ser infeliz que espero que te sirvan, o mejor aún, que no lo hagan.
De esta forma podrás aplicarlo cada día con el fin de que seas una persona amargada o tóxica,… pero que se encuentre a gusto en sus círculos de pensamientos constantes y cómodos donde nunca pasa nada, solo lo que tú quieras que pase. Eso si, si lo que pretendes es cambiar ideas para ser feliz, lee este otro artículo, aún estás a tiempo.
¿Que te parece si llamamos a ese estado la zona de la cómoda infelicidad? Aunque también puedes llamarla «estiércol emocional«, como hizo Juan Ferrer.
Ante de comenzar, decirte que este artículo está recomendado para:
- Personas infelices que quieren cambiar
- Personas felices que quieren saber qué les puede hacer infeliz
- Personas curiosas que quieren compartir con alguien 5 formas de ser infeliz
- Personas que conocen a alguien, que conocen a alguien, que un día fue feliz y ya no lo es
¡Comenzamos!
La felicidad es para los demás
Ser feliz es algo que cansa mucho, es más, hoy me he levantado y me he dicho a mí mismo: «ya estoy cansado de luchar para ser feliz, ahora voy a hacer lo que me de la gana«.
En cambio, ser infeliz es un arte.
Si si, requiere de ciertas técnicas y habilidades bien diseñadas a lo largo de la vida que te permiten, por ejemplo, la acumulación de recuerdos con sentidos negativos y cargados de sufrimiento que, aunque ya pasaron hace tiempo y no nos sirven para nada, seguimos sacándoles brillo con nuestro tiempo presente, ese que no volverá jamás.
Que bonito es eso de sentarse una tarde en el sofá, con una luz tenue, y sintiendo que somos unos fracasados, que nadie nos llama por teléfono, y tirando por tierra nuestros esfuerzos, sacrificios, y virtudes. Se está tan cómodo en la tristeza.
Entre otras cosas porque como ya que estoy triste tengo la extraña sensación de que puedo controlar mis emociones y me digo: «aquí en mi tristeza es donde nada puede ocurrirme, nada va a sorprenderme, me siento cómodo y es algo que ya conozco de sobra«.
Y es que la tristeza engancha, cierto, porque si de pronto me ocurre algo bueno, creo que… en fin, que… ha sido por causalidad. Pero si me pasa algo malo, lo mejor es pensar que ha sido culpa mía, como siempre me pasa.
Generando infelicidad desde mi propio pensamiento
Un día resulta que me desperté feliz, y dije: «uuuuh, esto es muy raro, la felicidad es algo que no controlo, es una emoción que me saca del estado de confort emocional al que estoy acostumbrado, esto no puede ser bueno ya que si estoy alegre, ya solo me queda la opción de que me pase algo malo y vuelva a sufrir como me pasó en el pasado. Mejor me quedo triste y así no tengo que revivir esas experiencias de nuevo«.
Así que lo siguiente que hice fue crearme problemas, pero como no tenía, busqué y busqué en mi cabeza mientras paseaba por una calle soleada de Málaga «¿Qué podía hacer para dejar de estar feliz?» Me dije.
Así que: «como yo ahora mismo no tengo problemas, voy a buscar tristeza en los problemas de los demás«, de esta manera asumí como propios las desgracias, tristezas, y desdichas de cuantas personas conocía. De pronto, ese castillo de Gibralfaro, y ese teatro romano que tan pintorescos diseñan la capital de la Costa del Sol se oscurecieron y dejaron de tener esa luz que antes tenían.
Consejo 1: Cuando te sientas bien, con energía, motivado, y dispuesto a hacer algo nuevo que crees que te hará feliz, céntrate en pensamientos negativos que compliquen tu vida, y da igual si son reales o inventados, la idea es que te lleven a emociones tóxicas para que te absorban la energía positiva con la que te despertaste un día.
Este artículo lo escribo porque me da la gana y punto
Otros de los recursos a los que puedes recurrir para amargarte la vida y conseguir ser infeliz, es pensar y afirmar, ¡pero de verdad!, que tienes la razón cuando opinas algo sobre los demás, la vida, o algo trivial como por ejemplo… la forma de una nube que viaja por el cielo:
«Es un perro. ¡No! Un caballo ¡No! Una vaca ¡Venga vale! …»
La mejor manera para conseguirlo es aceptar que la vida es cuestión de todo o nada, de siempre o nunca, de si y no, de blanco o negro, de es verdad o es mentira,… y ese tipo de cosas que definen una mente atrapada en la perfección, la autoexigencia, y la intolerancia. Es más, si no pasan las cosas como tú las imaginas, o alguien no piensa como tú, intenta enfurecerte y nunca aceptes ni te doblegues al hecho de que no tienes razón. Es lo peor que podría ocurrirte.
Las personas no pueden tener opiniones diferentes a las mías. Si alguien comenta algo sobre un tema en el que yo opino de manera diferente, o bien está equivocada, o bien lo hace para hacerme sentir tonto, estúpido, o peor aún, inútil. Lo hacen para resaltar la fragilidad e inseguridad que hay en mí. Es que simplemente no lo ven tan claro como yo lo veo.
Consejos 2: cuando te pase algo así, tienes dos opciones, o discutir con esa persona, o simplemente ignorar lo que dice y lo que siente sin llegar a empatizar con ella. Ríete de ella, o critícala si eso te hace sentir bien. Es de locos si piensan que vas a caer en darle la razón. Olvida eso de ponerte en lugar del otro, «como si yo no tuviera problemas para, encima, tener que estar entendiendo a los demás».
La mejor manera de ser infeliz está en tu interior
Este es uno de los consejos que más me gustan.
Y es que, como dije más arriba, ser infeliz es un arte, y «el Picasso de esta obra» son las obsesiones. Aquí igual necesitas practicar un poco, pero buscando en tu interior seguro que encuentras un acontecimiento pasado que puede ayudarte.
La familia es el mejor contexto para dar con una obsesión que te haga sufrir. Por ejemplo, busca lo que tus padres no te dieron y listo. Deposita en ellos tus fracasos, traumas y sufrimientos y nunca aceptes que ellos hicieron todo lo que pudieron por hacerte feliz, que lucharon cada día e intentaron hacerlo de la mejor manera posible, es decir, de aquella que pensaron que era la mejor para ti.
Como no tuvieron una guía para hacerlo, la improvisación y la intuición fueron sus principales armas para destruir tu vida. Pero también puedes recurrir a otros culpables, imaginación al poder.
Consejos 3: Una vez elegido algo «traumático» en tu vida pasada (da igual si fue más o menos traumático) intenta traerlo al momento presente constantemente. Conviértelo en algo de lo que nunca te puedas deshacer, un estigma que marcará tu vida para siempre, y nunca te deshagas de él ya que puedes usarlo para justificar tus fracasos diarios y además te servirá para alejarte de tus responsabilidades redirigiendo tu atención a otros «asuntos».
Esclavízate al futuro
¡Bueno bueno bueno! Esto se pone interesante ¿verdad? Ya solo nos quedan dos puntos más y listo. Vamos con el cuarto.
«Hasta que no resuelva los problemas ficticios que tengo en mi cabeza sobre el futuro (algo que no sé si va a ocurrir pero puede que si), no podré centrarme en el presente«. Este y otros pensamientos parecidos son geniales para vivir constantemente en el futuro, resolver asuntos inventados gracias al miedo y la incertidumbre, y rechazar por completo lo bueno que pueda estar pasándome ahora mismo.
En definitiva creo que si pienso todo el tiempo en lo malo que puede ocurrirme y le busco solución, evitaré que vuelva a pasarme algo parecido a lo que ya me pasó en el pasado, evitando así volver a sufrir.
Es más, cuando me viene un pensamiento obsesivo sobre lo que podría ocurrirme, dejo cuanto estoy haciendo para buscar una solución que, tras encontrarla me vuelvo a sentir calmado y relajado, de manera que ¡ya está!, problema resuelto. Y cuando me preguntan si eso podría de verdad haberme ocurrido, les contesto: por si acaso ya le busqué una solución.
Consejos 4: ¿Quieres que te lo deje claro? El presente no merece la pena. No disfrutes de lo que te esté pasando ahora ya que aún no has resuelto cosas que te van a pasar en el futuro. Es mejor estar resolviendo cosas que podrían ocurrirte que disfrutar de lo que te está sucediendo ahora. En definitiva, si siempre lo has hecho así y tu crees que te ha evitado sufrimientos, ¿para qué cambiar?
Tengo la culpa de todo
Nunca, nunca, nunca uses la palabra responsabilidad. Es mejor que uses la palabra culpa, así generarás en ti sentimientos negativos que te lleven a la autocompasión, el victimismo, y la depresión.
La culpa es la precursora de sentimientos anclados en el pasado, de hacerte sentir inútil ya que no puedes controlar cuanto te sucede, y además, no perdonarte te ayuda a no aceptar ni conocerte a tí mismo. Por ello déjate llevar por esa fantástica sensación de ver como lo que eres y lo que haces se escapa por una alcantarilla. ¡Es así y ya está! No hace falta que hagas nada.
Consejo 5: Nunca te perdones ni aceptes errores. Intenta que estos estén presentes como te dije en el consejo 3. Es muy importante, para ser infeliz, pensar que todo lo que te pasa en la vida (y también en la vida de los demás) es culpa tuya. Asumir que existen cosas que no dependen de ti te hará pensar que igual no tienes razón, y eso no puede ser.
Aclaración personal y profesional
Este artículo contiene altas dosis de acidez y pido perdón de antemano a aquellas personas que se hayan sentido identificadas y dolidas.
Por supuesto, algunos asuntos tratados en él requieren cuanto menos de una valoración diagnóstica por un profesional, y haber tratado a la ligera obsesiones o pensamientos depresivos no ha sido con intención de frivolizar el sufrimiento diario de aquellas que se encuentren actualmente en tratamiento médico o psicológico. La intención la dejé bien clara al comienzo del mismo.
¿Algo que decir? Me encantaría verlo en comentarios, y si no quieres, compártelo con alguien a quien quieras «abrir los ojos de su infelicidad«. Eso si, bajo tu responsabilidad.
¡¡Hasta el próximo artículo!!