Todo proceso de cambio o crecimiento personal requiere modificar ciertos comportamientos y hábitos, por ejemplo si nos hemos propuesto hacer deporte, bajar de peso, ser más productivos, debemos modificar nuestra rutina. Pero nadie nos habla de las barreras emocionales con las que nos vamos a encontrar al salir de nuestra zona de confort, es decir, esas emociones desagradables que cualquier persona debe sentir si de verdad quiere un cambio en su vida.
En este artículo, vamos a hablar de esas emociones que intentan frenar nuestro crecimiento interior y nuestra mejora personal, y que nos mantienen en una zona de confort emocional.
¿Qué son las emociones?
Las emociones se reacciones de nuestro organismo inherentes y propias de nuestra especie que producen una reacción fuerte e incontrolable provocada a la hora de percibir un estímulo físico (cómo por ejemplo el que podemos tener al ver una serpiente) o tener pensamiento (cómo al creer que alguien nos persigue).
A veces una emoción puede hacernos reír, y otras hacernos llorar, incluso algunas emociones hacen que nos suden las manos, que nuestro corazón palpite, o que sintamos placer.
Las reacciones de nuestro organismo son diversas y dependen de nuestra experiencia, nuestro sistema nervioso central y del estímulo que percibimos, generalmente.
Existen unas emociones básicas o primarias que son: alegría, tristeza, miedo, asco, sorpresa y enfado.
Pero éstas no son todas, es más, una combinación de ambas originan otras emociones más complejas.
Las Tres Emociones que sentirás si quieres salir de tu zona de confort
√ Emociones de vacío: Angustia e incertidumbre
Estas emociones son típicas en un proceso de cambio y suelen darse en todas las personas que deciden mejorar y hacer algo diferente. En mayor o menor medida solemos experimentarlo pero siempre nos dirá que algo nuevo estamos haciendo.
Ten en cuenta que posiblemente has estado mucho tiempo haciendo lo mismo. Una vida monótona, del trabajo a casa, y vuelta a coger ese atasco y ese semáforo de mier…
Nuestra cabeza está llena de sueños sin cumplir porque la mayoría de las veces, la angustia y la incertidumbre, han impedido que nuestra vida mejore, entrando en un bucle infinito donde no averiguamos qué es lo que nos está pasando.
¿Eres de esas personas que piensan que debió tomar el otro camino? ¿Qué te lo impidió?
Muchas veces reaccionamos como una oveja durante toda la vida porque no hemos sabido enfrentarnos a estas emociones de misterio y desconocimiento. Y me parece coherente, lanzarse al vacío, a la nada, al etéreo infinito del cambio personal, es un salto importante a nivel espiritual que requiere de valor y decisión.
√ Emociones del ego: sentirnos culpables por mejorar
Muchas personas, acostumbradas a vivir una vida enfocada a los demás (sobre todo amas de casa), se sienten culpables cuando deciden hacer algo diferente que les resulte agradables solo a ellas, sin que haga felices a otras personas.
Aunque pueda parecer extraño, la zona de confort es también esas emociones a las que estamos acostumbrados, de manera que también lo son los argumentos de culpabilidad que llevamos dentro durante años y que no han dejado que nos demos un regalo, una gratificación por tanto esfuerzo, un premio por tanto trabajo o tanto sacrificio.
Estas emociones nos confunden y nos hacen creer que por el simple hecho de tomar una decisión y hacer algo que siempre hemos querido hacer, ya estamos siendo egoístas y olvidándonos de la felicidad de las personas que queremos.
√ Emociones racionales: cuando el cambio nos confunde
Estas emociones podemos decir que pertenecen a nuestra parte más racional, es decir, aquí nuestro cerebro intenta decirnos y cuestionarnos que «sería mejor quedarnos como estamos«, «¿para qué vamos a hacer tal o cual cosa?«.
Esta parte es una especie de lucha interna con nosotros mismos, ya que generamos argumentos que nos convencen para no seguir adelante.
Cuando decidimos algo fervientemente, no tenemos tiempo de pensar ni tomar decisiones, sino que seguimos adelante con la que hemos tomado inicialmente a sabiendas que es la correcta. Esto pasa cuando nos enfadamos con nuestra situación y sabemos la donde está la puerta de salida.
En estos casos nos lanzamos a por ella y no pensamos, aquí reside el éxito de nuestros objetivos, cuando ni siquiera nos escuchamos a nosotros mismos.
¿Qué tienen de bueno estas emociones?
A nadie le gusta sentir miedo, ni sentirse desamparado o inseguro.
Pero cuando queremos salir de nuestra dichosa zona de confort, o mejor aún, ampliarla, porque hemos llegado a un punto en que nos asfixia, las emociones que vamos a sentir serán nuevas y no tan agradables.
Si sentimos miedo cuando hacemos lo que nos gusta, entonces es que vamos por buen camino.
Es más, si te has marcado un objetivo recientemente y tras dar los primeros pasos no sientes miedo, es que ese objetivo no te hará crecer tan rápido como debiera.
5 Cosas que deberías hacer para salir de tu zona de confort emocional
- Habla con extraños. Pero no hables del tiempo, eso está muy pasado, pregúntales algo, por ejemplo, diles que tienes un problema con un amigo que te ha pedido ayuda y que te de su punto de vista. Saber que te están ayudando les gratificará, y a ti te servirá para hacer algo diferente.
- Cambia tu vestimenta habitual. Pídele ropa a un amigo o amiga, y vístete de aquella forma que criticas a veces. Recuerda que estos ejercicios intentan que hagas algo diferente, da igual si está bien o no, si te gusta o no, se trata de que salgas de tu zona de confort.
- Da una charla en público, delante de desconocidos preferentemente. Como si fuera un discurso. Puedes dar una charla en un taller de voluntariados, siempre necesitan a alguien que tenga algo que aportar. Es bueno sentir ese nerviosismo cuando nos exponemos delante de otros.
- Escápate un día a una ciudad que no conozcas y piérdete por sus calles sin mapas, y sin mirar el móvil. Déjate llevar por las sensaciones de estar en un lugar nuevo y recorre sus calles.
- Practica una actividad nueva. Por ejemplo a mi no me gusta el baloncesto ni el tenis, así que hacer algo diferente me dará una perspectiva diferente de las cosas.
Una vez realizados estos ejercicios, intenta escribir en un papel qué has encontrado diferente en ellos que de alguna forma te hayan aportado algo positivo.
¿Qué otras acciones has tenido en cuenta para salir de tu zona de confort emocional? Me interesaría conocerlas 😉